Díaz Menjívar, MarcelinoMorales Pérez, Irma Esther2024-03-052024-03-052003-07-01https://hdl.handle.net/20.500.14492/26836La preocupación del psicólogo y de la sociedad en general por los delitos de naturaleza sexual cometidos en nuestro medio ha alcanzado niveles muy elevados; sin embargo las investigaciones relacionadas se consideran muy limitadas en cuanto a cantidad y profundidad, debido a las escasas posibilidades de la víctima para hablar al respecto; esto gracias al alto número de mitos y creencias populares respecto al fenómeno. Si culturalmente hablar de sexo es una dificultad en países con educación sexual poco desarrollada, como es el caso del nuestro, hablar de delitos sexuales es aún más problemático. A esto se suman los sentimientos de desamparo que experimenta una mujer que culturalmente, solo puede ver, oír y callar; ya que si manifiesta abiertamente haber sido abusada sexualmente corre el riesgo no solo de ser motivo de risa para quienes le escuchen, sino de ser denominada como la provocadora de tal situación, permitiendo al mismo tiempo la continuidad del abuso. Y es que el abuso sexual es tan amplio y es considerado como algo tan común en nuestra sociedad, que es difícil de diferenciar, en algunos casos, entre lo que es normal y lo que puede considerarse abuso, sobre todo cuando es el hombre quien propicia la acción y deja a la mujer como receptora pasiva y poco capaz de reaccionar ante ello. Ejemplo claro de esto son los “cortejos”que diariamente se escuchan y que, contrario a ser halagadores, ultrajan la dignidad y sexualidad de las personas a las que van dirigidos.es-SVDelitos sexuales360Diagnóstico sobre la incidencia de mujeres abusadas sexualmente y no diagnosticadas en el primer nivel de la carrera de Psicología de la Universidad de El SalvadorThesis