Alvarado Carabante, HernánMerino de Alvarado, Ana Esther2024-01-232024-01-232023-03-01https://hdl.handle.net/20.500.14492/7594En el entorno internacional, cada vez más es reconocida la importancia de la educación financiera como un factor positivo para posibilitar la inclusión financiera. Una población capaz de tomar decisiones financieras informadas, administrar sus recursos y planificar el futuro responden mejor a los cambios en los mercados financieros (García, Grifoni, López y Mejía, 2013). Por otro lado, una población con poca educación financiera es propensa a endeudarse demasiado y no ahorrar para su jubilación, emergencias o para la inversión, lo que tiene efectos negativos tanto a nivel de los hogares como a nivel de la macroeconomía. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y su Red Internacional para la Educación Financiera (INFE) han desarrollado varias encuestas y herramientas para promover y facilitar la cooperación internacional en este tema. Los resultados del Global Findex 2017 del Banco Mundial respecto a la inclusión financiera en El Salvador reflejan ciertos atrasos en relación con el promedio de América Latina, pues, mientras que más del 50% de las personas adultas en la región tiene una cuenta de ahorro en una institución financiera, en El Salvador este porcentaje es del 29%; es decir que, de cada diez personas salvadoreñas, únicamente ahorran tres. De igual manera, si se hace una comparación con países de la región clasificados con ingresos medios bajos, El Salvador se sigue manteniendo por debajo del promedio, por ejemplo, en el rubro “cuenta en una institución financiera”, Guatemala presenta un 44% y Honduras 43% (World Bank, 2018). A finales de octubre del 2022, el Banco Central de Reserva (BCR), con el apoyo de la Sparkassenstiftung Alemana (DSIK) y la Alliance for Financial Inclusion (AFI), realizó el lanzamiento oficial de la Estrategia Nacional de Educación Financiera (ENEF), la cual es un instrumento de política pública que busca visibilizar la importancia de la Educación Financiera en la vida de las personas, la ENEF reúne a diferentes actores públicos y privados hacia el logo de un fin común “bienestar financiero para la población”1 . Una buena práctica en El Salvador es que cuenta con un Consejo Nacional de Inclusión y Educación Financiera (CNIEF), el cuál agrupa a diez 1 https://inclusionfinanciera.gob.sv/educacion-financiera/#enef instituciones gubernamentales como: Banco Central de Reserva, Superintendencia del Sistema Financiero, Ministerio de Educación, Ministerio de Economía, Comisión Nacional para la Micro y Pequeña Empresa, Defensoría del Consumidor, Instituto de Garantía de Depósitos, Banco de Desarrollo de El Salvador, Banco de Fomento Agropecuario y Banco Hipotecario. A través de estas instituciones se impulsan iniciativas coordinadas dirigidas a los cinco segmentos priorizados en la ENEF (Comunidad educativa, Población asalariara, Población migrante, Población en condición de vulnerabilidad y Personas emprendedoras y microempresarias de la MYPE. Una de las ventajas de trabajar de forma coordinada es la optimización de los recursos y la descentralización de las iniciativas hacia el interior del país. Así mismo, en noviembre 2022, se dieron a conocer los resultados de la actualización de dos encuestas: Encuesta de Capacidades Financieras y la Encuesta Nacional de Acceso y Uso de Productos y Servicios Financieros2 . Algunos de los resultados más significativos relacionados a la inclusión financiera se pueden mencionar: Únicamente el 27.8% de la población tiene una cuenta de ahorro, es decir que, 7 de cada 10 personas salvadoreñas no ahorran en el sistema formal. El 11.2% de la población ha solicitado un crédito en los últimos 12 meses, de este porcentaje el 41% es destinado al consumo. En lo relacionado a la cultura previsional el 18% de la población ahorra o cotiza para su jubilación. Así mismo, solo el 13% de la población tiene un tipo de seguro. En términos generales existe un gran potencial para instituciones financieras, proveedores de dinero electrónico y FINTECH´s (Tecnologías Financieras), para desarrollar productos financieros que respondan a las necesidades de la población. En lo relacionado a los avances en la generación de capacidades financieras, según el indicador de alfabetización financiera fue de 11.7 puntos (de un total de 19), el cual tuvo un incremento de 1.47 respecto al 2016. Esto es sin duda gracias a la labor realizada por el CNIEF e instituciones financieras que ejecutan iniciativas de educación financiera. No obstante, quedan muchos retos por cumplir, ya que el 60% de la población no lleva un registro de sus gastos, el 53% sabe cómo elaborar un presupuesto, el 39% destina un porcentaje de sus ingresos para el ahorro, el 24% tiene algún tipo de deuda. El 59% de las personas encuestadas no tienen la capacidad para 2 https://inclusionfinanciera.gob.sv/resultados-encuestas-2022/ afrontar un imprevisto sin recurrir a una deuda. Cabe mencionar que únicamente el 7% de la población ha recibido una capacitación de educación financiera. Estos resultados nos indica que queda trabajo por hacer, pero que El Salvador va por buen camino y con un rumbo claro. Adicional a la ENEF como instrumento de política pública, el BCR lanzó una norma técnica para la remisión de información de programas de Educación Financiera por parte de las Instituciones Financieras; es decir, que ahora es de carácter obligatorio para los bancos, bancos cooperativos, sociedades de ahorro y crédito y para las sociedades proveedoras de dinero electrónico ejecutar programas de Educación Financiera con su clientela. Esta norma entro en vigor a partir de diciembre 2022. Ante esta problemática, la Cooperación Alemana a través de la Sparkassenstiftung Alemana para la Cooperación Internacional (DSIK), ha contribuido mediante asistencia técnica y financiera a diferentes instituciones que trabajan a favor de la Educación Financiera en El Salvador. Considerado lo anterior, el objetivo de la presente consultoría es determinar el impacto del programa de educación financiera en el personal formado de las instituciones contrapartes del proyecto implementado por la Sparkassenstiftung Alemana para la Cooperación Internacional en El Salvador. Por lo tanto, con los resultados de la investigación, la coordinación regional de la DSIK, puede implementar acciones que garanticen la sostenibilidad de futuros proyectos que contemplen ejes formativos y de generación de capacidades instaladas en instituciones aliadas alrededor del mundo. Para la realización del análisis se han utilizado los criterios de evaluación establecidos por la OCDE, relacionados a la pertinencia, coherencia, eficacia, eficiencia, impacto y sostenibilidad de la iniciativa implementada. Dentro de los principales hallazgos en la investigación se mencionan: a) Las formaciones y metodologías transferidas han sido la piedra angular para el fortalecimiento de los programas o iniciativas impulsadas por las instituciones aliadas, y, b) Existe una baja realización de réplicas con la población objetivo, esto debido a que las instituciones no contemplan esa actividad en su Plan Operativo Anual (POA), ni cuentan con un plan de incentivos para su personal. Así mismo, los mandos intermedios de las organizaciones contrapartes no dimensionan los beneficios de promover la educación financiera en sus localidades. En el capítulo denominado Propuesta se presentan una serie de acciones que debería de realizar la DSIK y sus instituciones aliadas para asegurar la sostenibilidad de los procesos implementados, que al final impactan en la generación de capacidades financieras de la población salvadoreña.es-SVCooperación internacionaleducación financieraconsultoría658Consultoría para la medición de impacto del Programa de Educación Financiera ejecutado por la Organización SPARKASSENSTIFTUNG ALEMANA para la Cooperación Internacional en El Salvador.Thesis