López mira, José Rodolfo2024-03-012024-03-011986-07-01https://hdl.handle.net/20.500.14492/26534En determinado momento las sociedades humanas pudieron haber disfrutado de más bienes libres que bienes económicos; éstos, puede decirse, han tenido un sentido de propiedad. Cuando un hambre se apropia de un bien económico ajeno, si se emite un juicio de valor sobre ello, puede decirse que ha violado o irrespetado el derecho de otro; es decir, apropiarse de una cosa ajena, que pertenece a otro. En este sentido, se puede criticar esa actitud de obtener para sí lo que ha sido trabajo de otro, como alteradora de un estado de cosas. Pero bien, en esta parte introductoria, lo que se desea plantear brevemente, es la conflictiva existencia humana que desde los orígenes de la vida, aún en la concepción cristiana-católica, los iniciadores del género humano, Adán y Eva, comieron el "fruto prohibido" por Dios; o sea tomaron algo que no debían y lo cual se ha denominado el "pecado original", que según la Biblia, fue el culpable de los ulteriores males y la vida difícil del ser humano. Dé una forma u otra que se hayan originado, los conflictos empeoraron y aunque en cierto sentido disminuyeron como el haber superado el esclavismo surge la interrogante ¿es capaz el ser humano de vivir en paz con los demás? La respuesta desde luego, es positiva; pero, se debe definir o concretizar un concepto de paz, y todavía mejor, un concepto integral de paz.es-SVAcuerdos de pazel salvadoreducación301Educación para la pazArticle