Riesgo obstétrico inicial en las gestantes de las UCSF San Nicolás, El Ocotal y Amatepes, Enero-Junio de 2016
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Date
2016-10-01
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Abstract
La mortalidad materna ha sido uno de las condiciones más grandes que el Sistema Nacional de Salud enfrenta actualmente. A lo largo del tiempo esta problemática ha presentado un aumento exponencial, poniendo en riesgo el
binomio madre – feto, la magnitud del problema es tal que representa uno de los objetivos de desarrollo del milenio (ODM5) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas, y que consiste en reducir las tasas de mortalidad materna en tres cuartas partes.
Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto figuran entre las principales causas de mortalidad de las mujeres en edad de procrear. A nivel mundial, se estima que alrededor de medio millón de mujeres fallecen cada año por causas relacionadas con el embarazo, encontrándose en su mayoría en la población que habita los países en desarrollo. En gran parte muchos de estas condiciones son prevenibles y
ponen de manifiesto la injusticia social, la inequidad en el acceso a los servicios de salud, así como la detección tardía de los factores en cuestión.
Se estima que el 15% de las embarazadas en América Latina presentan complicaciones mortales durante el embarazo, el parto y el puerperio.
Datos recolectados por el Ministerio de Salud de El Salvador en el año 2014, reflejó un incremento de la mortalidad materna de un 28.5% en comparación con el año 2013. Con la finalidad de dar cumplimiento al 5to Objetivo de Desarrollo del Milenio en el año 2003 la OMS presentó el nuevo modelo de control prenatal, en el que divide a las mujeres embarazadas en dos grupos: aquellas elegibles para recibir el control prenatal de rutina (llamado componente básico) y aquellas que necesitan cuidados especiales, determinados por sus condiciones particulares de salud o factores de riesgo,
además implementó el “formulario de clasificación”, conocido hoy en día como “hoja filtro”; con la idea de utilizar el modelo en la primera visita prenatal a la clínica, así como en evaluaciones subsiguientes; para decidir que mujeres
seguirán el componente básico del nuevo modelo y cuales requerirían cuidados especiales, convirtiendo a este proceso en una clasificación dinámica.