El cambio climático es el principal desafío para la supervivencia de la humanidad y de buena parte de los ecosistemas actuales alrededor del mundo. La actividad humana y, más concretamente, el uso de combustibles fósiles como base de la matriz energética a partir de la Revolución Industrial, en el siglo XIX, se han identificado en forma cada vez más inequívoca como la causa principal del cambio climático.
A pesar de los constantes llamados de atención por parte de la comunidad científica y de un creciente discurso sobre la necesidad de llevar a cabo una transformación radical en la actividad económica global.